Llevo ya un par de meses en profundo cuestionamiento acerca del status quo de mi vida, y haber llegado al nivel 32 en mi vida un par de semanas atrás no hizo más que exacerbar esos pensamientos, pero curiosamente la misma vida me dio algunas señales en este periodo para “volver al origen”. Vayamos por parte…
Llega el Caos
Pongamos las cosas en perspectiva: en algún momento (que yo atribuyo a mi pasada por Mitos y Leyendas TCG) perdí el control acerca del tiempo, la pasión por tratar de levantar el juego y una industria muy compleja hicieron que la barrera worklife-life se quebrara, y eso me pasó la cuenta a la larga.
Sí, tengo súper claro cuál es mi problema: me apasiono por lo que hago, entrego mucho (quizás más de lo que debería), tomo la bandera del desafío y empiezo a hacer cosas que no necesariamente me corresponden con mi cargo pero donde siento que puedo colaborar con mis habilidades y conocimiento. Me pasó en Mitos y Leyendas (donde hice de todo, desde pricing hasta ser parte de los rostros de la marca y animar eventos), y me volvió a pasar en Dentsu (donde mi último día fue el viernes pasado) donde la adrenalina de la vida de agencia me absorbió y terminé liderando los procesos de licitación que de por sí consumen miles de horas 🤷🏽♂️.
Me acostumbré a que estaba bien que el trabajo fuera la prioridad número uno, a tal nivel que mis amigos ahora que me cambio de pega comenzaron una apuesta para ver cuánto me demoro en empezar a trabajar “fuera de horario”. Voy a hacer todo lo posible para que no ganen esa apuesta 💪🏽
Recordando lo olvidado
Otra cosa que me pasó en estos últimos meses fue el que me di cuenta que con el foco tan puesto en el trabajo, solo estaba “aprendiendo” cosas en relación a eso. Atrás había quedado ese Yoyi que estaba siempre probando/haciendo cosas nuevas:
Si 2019 fue uno de los años donde más leí en mi vida, 2020 llevaba con suerte 1 libro.
Si en mi época antes de Mitos y Leyendas estuve siempre haciendo cosas nuevas (haciendo clases, creando webs como ElReino.cl o EvoPokémon, probando nuevas herramientas, armando las YoyiNews), había dejado de probar y crear.
Básicamente había dejado de dedicarle tiempo a mí mismo.
No fue hasta hace un tiempo atrás que leyendo una conversación random en el Twitter de Tomás Pollak, que llegó el “Eureka!!”, siempre me ha gustado estar probando nuevas cosas, crear contenido, estar haciendo. Al leer esa conversación me di cuenta que perdí ese espíritu early adopter en alguna parte, me recordó el 2007-2008 cuando éramos súper pocos chilenos en Twitter y nos seguíamos entre todos, cuando estaba el boom de los blogs, los eventos Blog Power, donde metía las manos y hacía.
De alguna forma eso me despertó, fue la última cachetada que necesitaba para despertar.
Abrazando lo nuevo
Así que me puse manos a la obra: que los 32 años sean la excusa para volver a CREAR, para volver a SER. Empecé a leer de nuevo (actualmente estoy leyendo la biografía de Steve Jobs de Walter Isaacson y It doesn’t have to be crazy at work de Jason Fried y David Heinemeier), empecé a probar cosas nuevas como Notion.so, Hey.com y retomar la creación de contenido (con el post sobre Hamilton que subí hace un tiempo, y un par de cosas que he estado haciendo en ElReino.cl).
De hecho Hey.com me convenció lo suficiente para pagar por su servicio de mail 🤯. De alguna forma lo convertí en el símbolo de querer seguir explorando hacia adelante, y de paso para dar orden a mi vida digital que está un poco desparramada por doquier.
One last thing…
En paralelo a todo lo que estaba pensando ocurrió otro proceso. Me contactaron por LinkedIn para comentarme de un proceso, y una cosa llevó a la otra. Si bien no tenía intención de cambiarme, la idea me tentó. Calzaba perfecto con lo que estoy buscando ser ahora. Con esa “vuelta al origen y aprendizaje continuo” que estaba buscando. Así que acepté un nuevo desafío que comienza el próximo lunes 10 de Agosto.
Aunque de esta última historia les hablaré en otro momento.